domingo, 24 de abril de 2011

Las fresas de la otra familia de chocolate

Un buen filme no pueden salvar al mundo, pero puede cambiar las ideas de la gente, o al menos provocar un debate que como resultado siempre incline la balanza hacia el lado positivo, o vaya aclarando el lado oscuro del asunto en cuestión. Recuerdo el alboroto que en 1994, provocó en La Habana y en todas las ciudades de Cuba, el estreno de la película Fresa y Chocolate, un drama provocado por los prejuicios entre la amistad  de un hombre gay y un militante de la Juventud Comunista. Se dice que el filme estuvo engavetado hasta que los directores Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, obtuvieron el permiso de sus superiores para estrenarlo. El caso es que la sociedad cubana salió enriquecida de tal revuelo, que no creo fue reflejado por la prensa, como tantos otros debates que se producen en la vida diaria del cubano. Pero, de lo que si estoy seguro es que en las comunidades, los colectivos de trabajo, y los distintos grupos y estratos sociales, modificaron sus ideas y prejuicios sobre la homosexualidad, y la sociedad se hizo más tolerante y mucho más fuerte ante un fenómeno natural que no disminuye, ni menoscaba  a la comunidad. Sin embargo, queda suficientemente claro, que la homofobia como fenómeno dentro de la sociedad cualquiera que esta sea, empequeñece y disminuye las aspiraciones de una sociedad de justicia plena. En Cuba, aun subsisten los sentimientos homofóbicos como en otros entornos, pero ya no será posible que ocurran los horrores de los años 60 y 70, ni volverán los cicarios de instituciones tan tristemente celebres como la UMAP, ni se producirán gritos tan aterradores como los del año del Mariel que aun pesa sobre la cabeza de muchos, y los hombros de la propio "proyecto revolucionario". Hace varios días acudí a uno de los circuitos de cine y me encontré de pronto con el filme La Otra familia, donde se abordan los prejuicios sociales contra una pareja gay que pretende adoptar a un menor. Hay dos frases de los personajes que señalan muy bien la encrucijada del filme, una se produce cuando uno de los homosexuales argumenta en una conversación: "...cuando la ayuda proviene de gente como nosotros siempre va a ser mal vista" y la otra de una personaje secundario quien sentencia: "...ese niño no podría estar en mejores manos..." refiriéndose a la tutela que puede darle la pareja gay. La trama intenta subrayar la intolerancia, el irrespeto y las deformaciones ideológicas del prisma con que se mira hacia el fenómeno de las parejas homosexuales, y el doble rasero al juzgar las deformaciones de los heterosexuales, como la violencia, la drogadicción, el alcoholismo, el machismo y otros atavismos sociales que lesionan la condición humana y a la sociedad misma. No obstante, La otra familia, molesta al sector más conservador de la Iglesia católica y el cineasta Gustavo Loza ha sido amenazado y atacado en Facebook por el estreno de su cuarto largometraje. Contrario a lo acontecido en la sociedad cubana de otros tiempos, es interesante que la prensa mexicana no haya reflejado de manera mucho más visible un fenómeno como el que se aborda en el filme de Loza, para contribuir a que la sociedad dirija su mirada a uno de sus problemáticas más antiguas.
 

jueves, 21 de abril de 2011

Villamil: cada loco con su tema

El tema de este loco es el mar y dedica muchas horas a observarlo en toda su extensión, y dentro de si mismo. Villamil es el pintor de las mareas, los atardeceres y amaneceres marinos, de los desastres éticos y ecológicos en el litoral de Cuba, su país de nacimiento, y también su patria y su hogar. Aquí está uno de los últimos documentales que realicé en la isla grande, Villamil, un trabajo  dedicado a una de las personas mas nobles que he conocido, a un hombre que cultiva la amistad con una dedicación que pudiera decirse detallista. Las marinas de Villamil escudriñan el paisaje de las costas cubanas, sus colores, luces, sombras y formas, pero también se acercan a la historia violenta de otros tiempos, a los colores cegadores de aquella etapa sangrienta de la historia, y también a los hechos más recientes con toda su carga de poesía triste, melancólica, y también reflexiba. Los pescadores y los balseros de Villamil, nos colocan ante una carga de verdad lejana a todo partidismo político, para insertarse en el centro de un interés netamente humano. Los cuadros de Villamil se ubican siempre al lado de los sentimientos más generosos. Llama la atención el nivel de los detalles de este artifice del color y la forma. Muchas veces, sus cuadros aparecen como trozos de una realidad que se divisa a través de la ventana por la cual, este loco atisba  el litoral desde un rincón de su isla.

lunes, 11 de abril de 2011

Bajo el Cielo de Cuba, con Roberto Mc Swiney

No hay nada casual, me dijo Mac Swiney, dialéctico como es, y agregó "todo tiene su causa". Un grupo de felices coincidencias, o causales, me llevaron ante este amigo de Cuba, un hombre que más allá de la simple y llana admiración, dedica el vigor de sus años, su talento y su experiencia a mantener viva en la mente de los melómanos yucatecos el universo sonoro de la Mayor de las Antillas. Digo felices coincidencias, porque el día de nuestro encuentro era memorable para la  Ciento Tres Punto Uno FM de Mérida: 45 Aniversario de la fundación de la Estación Radial de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), y los 21 años de uno de los programas de la emisora: Bajo el cielo de Cuba. Este programa de música cubana, explica el profesor Mac Swiney, "nació como un acto de gratitud y reciprocidad a la labor que desde hace casi 50 años, realiza un grupo de trabajadores de la radio-emisora CMKS en Guantánamo, Cuba, con el nombre Bajo el Cielo de México". Conocí bien ese programa, porque soy guantanamero y laboré por varios años en esa estación de radio.Toda la música que se difunde en ese programa está compuesta e interpretada por compositores, cantantes y agrupaciones mexicanas, y es bien querido y admirado por los pobladores de la ciudad del Guaso, el rio que divide la ciudad .  Recuerdo bien la protesta ante el gobierno de un gran número de personas, cuando alguien intento sacar ese programa del aire, para hacer cambios a la programación. Visitar  a la 103.1, ese hermoso día, me hizo coincidir con el trio Los Juglares, quienes guardan hermosos recuerdos de mi país, y en especial de mi ciudad natal, adonde fueron siendo casi  adolescentes, como miembro de la delegación mexicana, al primer Festival Internacional de Tríos, celebrado en Cuba en la década del 90 del pasado siglo. Recuerdo la aparición de los entonces muy jóvenes hermanos Marrufo, junto a otro mozalbete yucateco, en el guantanamero Teatro Guaso, con el nombre de Trio Los Ángeles. Fue hermoso departir en ese programa con estos grandes artistas, quienes interpretaron  canciones antológicas del repertorio cubano y nos narraron sus recuerdos de la isla. Pero, impresiona también, visitar esta emisora por el espíritu de profesionalidad, camaradería y buen gusto que se respira en sus pasillos y en sus estudios. Impresionado quedé verdaderamente por el orden y el fuerte aroma de la iniciativa y las ganas de darse que transpiran sus técnicos, sus locutores, y su inquieta directora la Licenciada María Cecilia Zavala. Se puede ver a los artistas, algunos verdaderamente muy jóvenes, departir, hacer ensayos furtivos de su repertorio o simplemente tararear sus canciones en los pasillos, o a la espera de su turno en el estudio donde no caben muchas personas, pero si mucho amor y entrega. Roberto Mac Swiney es un promotor nato, uno de esos personajes que en mi pais llaman hombre-radio, que conoce cada detalle de su trabajo con la meticulosidad de un escultor de estatuilla, su programa en la radio es sin duda una joya, por donde es posible divisar un pedazo de tierra, un poco de aire y de sol cubano, bajo este cielo de México.

viernes, 8 de abril de 2011

Qué pase el desgraciado...

Laura Bozzo en acción
La orden la da un personaje que quiere vendernos "filantropía" a fuerza de alaridos y amenazas. "Qué pase el desgraciado...", vocifera, y el coordinador  en el estudio, ordena los aplausos. Así comienza este festival de las miserias. Esta vez no son los rostros maquillados de las telenovelas, ni los conflictos egoístas de la clase más adinerada de la sociedad mexicana. Esta vez son los apaleados de siempre, casi obligados a ofrecernos un strip-tease de sus peores momentos. Resulta difícil creer que la dignidad de los que sufren sea tan endeble. Pero ahí están, quizás esperanzados en resolver los problemas que les agobian, o satisfechos por ganar unos pesos para su precaria economía y ser protagonistas de una fama efímera, realmente execrable. En este caso, como en otros, el estudio de mercadotécnia no ha resultado fallido, aun cuando ya son muchos los telespectadores que rechazan alarmados la agresividad y la falta de ética de un personajillo brabucón y egocéntrico que se está llenado los bolsillos, o llenado las arcas de Televisa, con las miserias humanas de un sector de la población que pide a gritos mejoras económicas y educación. Hace algunos días escuché decir que la conductora de marras es la abogada de los pobres. No sé si tomarlo como idiotez, ignorancia o excesiva candidez, pero resulta que la conductora en cuestión está acostumbrada al escándalo y ha hecho de ello su modus vivendi desde hace muchos años. Y en ese camino, no ha tenido miramientos para aliarse a las más terribles causas, incluyendo las causas políticas más deplorables. Los mercaderes de la imagen conocen bien la ruta por donde se mueve el dinero, y han hecho de ese y otros personajes una fuente más para aumentar sus economías. La famosa conductora de programas, con todos sus títulos y doctorados, jamás podrá combatir a la pobreza económica y mucho menos a la de espiritu con programas televisivos como el que protagoniza. Ella es también un instrumento de los que más arriba aprietan los comandos de estos festivales de miserias desde sus púlcras y ordenadas oficinas. Valdrá la pena llevarlos alguna vez a uno de esos programas y presentarlos ante las cámaras con el mismo conjuro: !Que pase el desgraciado¡