lunes, 26 de diciembre de 2011

CARTA ABIERTA A MIS AMIGOS Y FAMILIARES POR EL NUEVO AÑO 2012


Mérida, 26 de Diciembre de 2011
Queridos amigos y familiares:
Estamos a punto de ser testigos del nacimiento de un nuevo año. Todo nacimiento es hermoso porque trae consigo la esperanza. Por eso queremos enviarles un abrazo y decirles que les queremos. Hubiésemos deseado decirles otras cosas, pero el tiempo corre, la vida se complica y nos deja poco tiempo para darle una oportunidad a las palabras y al amor. Las palabras son una “fuente de malentendidos”, eso lo dijo Antoine de Saint-Exupéry en su monumental libro “El Principito”, y estamos de  acuerdo, sólo con un detalle: los malentendidos surgen cuando las palabras sobran. Hay palabras para encender el fuego, o atizar el rencor y el odio. Pero hay palabras mágicas que se deslizan suaves en los corazones y muchas veces penetran en los territorios más impenetrables del sentimiento humano, dejándoles un sentido de paz, de alivio o bienestar. Hay gente que prefiere usar el silencio, pero el silencio divide, aniquila y termina matando cualquier brote hermoso. Quizás el mundo sería un lugar más amable si cada uno de nosotros se tomara un tiempo mínimo para usar  de las palabras con la gente que queremos y nos importa. Y decirnos con lenguaje suave y amable lo que nos estimamos, o tal vez usar las palabras conciliadoras de nuestro mejor talante para decir lo que no queremos para nosotros. Muchas veces estamos tan ocupados en desamar que terminamos metidos en la crueldad del silencio, o tal vez empecinados en la terquedad y la intransigencia. A veces estamos tan dedicados a defender nuestro corazón que terminamos atropellando a los que nos han querido. En estos tiempos es más difícil conseguir amor que dinero porque no hay mercadotecnia para el cariño. El amor es una palabra maltratada hasta la saciedad, porque más que pronunciarlo es necesario ejercerlo, profesarlo, desempeñarlo.
Tenemos muchos planes para este año en los cuales están incluidos todos nuestros amigos y familiares, para ello, contamos con una economía exigua, y un patrimonio de afectos realmente millonario donde abundará la sonrisa, la alegría, la cortesía, la amabilidad, la delicadeza, el respeto, la cordialidad y todo cuanto nos haga feliz en la compañía de ustedes. Espero que nos escolten en este propósito y contribuyan en cualquier medida a enriquecer este patrimonio que nos hará mejores seres humanos, y por supuesto gente definitivamente más felices.
Un abrazo de Roberto y Dulce María