jueves, 19 de mayo de 2011

Effy Luz Vázquez, el galgo y la casta

Quizás si esta mujer no tuviese el don de cantar jamás la hubiese conocido, pero como dice un amigo no hay casualidad, sino un montón de causas que permiten que algún fenómeno ocurra. A Efy Luz Vázquez López, la conocí porque la escuché cantar y de inmediato me llamó la atención su timbre agradable, su perfecta afinación, su manera profesional de interpretar melodías clásicas del cancionero popular y su presencia axiomática de diva del canto. Pero, luego supe que esta mujer es más que eso: un ser humano de esos que han acendrado toda su existencia con el único fin de entregarle a la sociedad y a sus conciudadanos lo mejor de sí. Efy no es una maestra corriente, aunque ningún verdadero maestro lo es, y ella se empeña en  enfatizar que  todos sus colegas merecen al final el más alto de los premios. Ella, maestra de mérito  del Estado de Yucatán, y  poseedora de casi todos los galardones que pudiese tener un pedagogo, ha sido una investigadora espontanea e instintiva de su entorno pedagógico con resultados académicos de gran valía para el magisterio, así como creadora de poemas y canciones de alto alcance didáctico y literario. Para mí es un misterio tanto talento reunido en un solo ser, y la solicite a la amiga Efy Luz, una entrevista para mi blog Quijotismo II.

De casta le viene al galgo...

Effy: Ahorita se utiliza un término en Pedagogía para clasificar a las familias que forman niños, y en el caso mío fue una familia nutridora. Le dicen nutridora porque tuve todos los elementos suficientes para despertar todas mis potencialidades, todo lo que yo era capaz de hacer, mis padres me dieron la oportunidad de poder desenvolverme, de poder desarrollar todo aquello que me gustaba. Ellos a su vez eran gentes muy dedicadas a la cuestión artística, literaria, al teatro, y de alguna forma me inicie en ese ambiente, y desde los cuatro años estaba yo en un escenario. A veces recitando, a veces cantando, a veces participando en algún bailecito infantil, en fin, me desarrollé en ese ambiente. Y a través del tiempo me enamoré de la profesión de mis padres que eran maestros con una total entrega a su profesión. ¿Cuántas facetas puede tener un maestro cuando se lo propone, y no sólo por la parte que tiene que ver con la enseñanza, sino con lo técnico y lo académico, porque los seres humanos tenemos muchas cosas que dar. Decía mi papa “Lo que tenemos es que  dar , dar , dar siempre. Si sabes cantar canta, si te gusta pintar, pinta, si te gusta declamar, declama, lo que hagas es parte de tu función educativa. Maduras tú , te educas y al mismo tiempo educas y enseñas a todos los niños que tienes alrededor". En ese ambiente me crié y a los 14 años tenía un programa de radio para mi sola, de media hora diaria que tuve durante 10 años. Es decir que de casta la viene al galgo, ¿no?
Effy Luz se graduó de maestra en una época mi oscura para México y tuvo que buscar empleo lejos de Ycatán, su patria chica, y su lugar más querido.  Durante varios años se desempeñó como maestra en una comunidad donde dio lo más caro de si, pero que influyó definitivamente en su vocación, en su voluntad, y en su vida futura. 

E: Cuando mi generación termina en la Escuela Normal, había un periodo de crisis económica como la que hay ahora, y entonces no habían plazas en Yucatán,  ni existía  lo que le llaman ahora descentralización educativa, en que cada estado se hace cargo de su producción de maestros… En Yucatán carecíamos de plazas por la escasez, y yo decidí irme a México con todas las dificultades que eso conllevaba: era muy difícil llegar a México en esa época, yo terminé en el 57, y  con mis papelitos en la mano: mi título y mis papeles, llegué a la secretaria de Educación y solicité una plaza, me dijeron que si yo era peninsular, me podría ir a la otra península de Baja California, y entonces dije que sí, pero la persona que me entrevistó conocía a Yucatán y entonces dijo: “los yucatecos tienen complejo de iguano” y les gusta estar cerca de su agujero", pues le voy a dar Tabasco que es más cerca, y se lo agradecí, y me fui a Tabasco. Fue una aventura preciosa que a muchas de mis compañeras les costó adaptarse. Otras ni siquiera pudieron estar mucho tiempo ahí, porque era en aquel tiempo un estado muy feraz en su forma estructural, geográfica, física, etc. Y llegando a la  comunidad la gente era una preciosidad en cuanto a la acogida, y el deseo de ser agradable. Todo lo que yo viví de los tabasqueños es positivo, lo difícil fue llegar al poblado. Tenía que salir de la ciudad de Mérida, llegar a ciudad del Carmen, pasar una noche, y luego embarcarme en una embarcación pequeña adaptada para pasajeros, atravesar toda a la laguna de Términos y entrar en el rio Palizada que era un afluente. Luego de 16 horas de viaje por el rio, llegar hasta Jonuta, Tabasco. Era un lugar pequeñito, que ya ni recuerdo porque entro la civilización entre comillas y perdió el encanto del pueblito que yo conocí. Era un paraíso, un lugar muy lindo donde permanecía yo el año entero, porque no podía salir cada semana, y permanecía allí el año entero. Fue durante casi 7 años que fueron muy satisfactorios  dejé mucho mi entusiasmo porque todo lo que planteaba se hacía con entusiasmo. Es raro que fuera de tu estado te apoyen y lo hagan con tanto entusiasmo. Creo que en la acera de los ciegos, el tuerto es rey, todo lo que pensaba y planteaba se hacía. La gente me apreciaba mucho, y lamenté tener que salirme, pero mi mamá era grande y me estaba acompañando y necesitaba regresar a su tierra, y tuve la oportunidad de una permuta, pero el tiempo que estuve allí lo disfruté al máximo, la gente era muy buena, lo único era la lejanía y la falta de algunos elementos que uno encuentra en la ciudad, por eso cuando llegué de nuevo a aquí comencé a estudiar como loca porque me estaba retroalimentando en lo personal.
La hermosa aventura tabasqueña de Effy Luz tuvo sus costos más allá de su renunciación a las comodidades que supone vivir en una ciudad, y el abandono de muchas de las costumbres que tuvo desde su mismo nacimiento, ante la fuerza de su vocación se oponía un obstáculo que ella pagó de manera natural, y que después de los años transcurridos no deja de valor en la justa dimensión que tuvo para su existencia y su carrera.
E: Realmente, mi divorcio del que fue mi esposo se dio de forma natural. Él vivía aquí , yo vivía allá, lo cual es una separación física que equivale a una nada, y tomamos la decisión de mutuo acuerdo de separarnos.De ahí en adelante he tenido una vida maravillosa, y no porque mi marido haya sido malo. El era conformista y yo tenía otras miras, que no eran de tener bienes materiales, sino de hacer cosas diferentes. Lo cierto es que durante todo este tiempo he vivido al máximo, tengo una hija, y he tenido mi vida, sin meterme en otro problema, ya que nunca tuve otra pareja. Pienso que las mujeres somos especiales y muy diferentes a los hombres. Por lo que he vivido 49 años sola sin ningún otro inconveniente.
Fiel a los presupuestos pegagógicos de sus progenitores, en todos estos años, Effy ha ido sacando  de su interior todo lo que le ha dado la naturaleza y su herencia familiar como virtudes de su  inquieta personalidad. De sus genes surgió la cantante , la escritora, la compositora, la investigadora y todas las heramientas para el ser creador que es y ha sido durante todo este tiempo. 
E: Como te había dicho soy de una familia nutridora que me aportó todos los elementos para que pudiese desarrollar. Mi magisterio no es una derivación de que mis padres hayan sido maestros. Me enamoré de la profesión de maestra y la sumí con toda la responsabilidad, con todo el cariño, de cualquier profesionista, y en ese caso he puesto todo el esfuerzo para desarrollarme en mis capacidades, que al menos sea agradable con todas las personas con las que he interactuado. A mucha gente no la he cambiado, pero he querido darle elementos para una vida más grata, como maestra me gusta estar siempre aprendiendo, dando cosas que retroalimenten esa parte de mi personalidad. En cuanto a la literatura, al principio no sabía que podía hacer cosas, pero cuando vino la necesidad comencé  a hacer cosas de tipo didáctico, y posteriormente me fuí ganando el espacio, me fue ganando la pasión de estar en un lugar hermoso como Tabasco, luego regresar a mi tierra. La atracción que tenemos los yucatecos por nuestro terruño, y todos esos elementos. Ahora, en vez de ponerme a pensar en los problemas y en las dolencias que tenemos algunas mujeres a nuestra edad, tomo una pluma y me siento a escribir. Eso para mi quizás es una fuga si quieres, pero es muy agradable.
Yo era la hija menor de mis abuelos.
El canto es parte de mi herencia familiar, de mi madre biológica. Y digo de mi madre biológica porque soy el producto de una situación familiar en que mi madre se embaraza sin ser casada. Te imaginas hace 30 años, era algo terrible. Entonces, sus padres inteligentemente llevan al bebé a registrarlo con su nombre, y entonces yo , legalmente, soy hija de mis abuelos, y ,mi madre siguió siendo una señorita de sociedad. Ella cantaba precioso, tenía una voz preciosa, tenia programas de radio, cantaba, era soprano de la típica Yucalpetén. Mientras todo eso pasaba con mi madre biológica, yo era la hija menor de mis abuelos, que pudieron haberlo sido porque mi abuela tenía 36 años y mi padre como 45 entonces. No tuve nunca la falta de padres, porque tuve los padres más maravillosos que te puedas imaginar. Imagina que tengas un nieto viviendo contigo, vas a hacerlo como un padre amoroso. Entonces, fue lo que sucedió conmigo, yo era la hija menor, pero al mismo tiempo era la primera nieta Ellos se volcaron en mi y tuve una infancia maravillosa, por eso a veces soy diferente, porque esa sensaciones se llevan a lo largo de la vida. Esas cosas salen por que las siento. Dicen que los niños desde que nacen hasta los 6 años hacen su personalidad, y yo tuve una personalidad retroalimentada desde recién nacida. No hubo drama, no hubo escándalo, hubo un  nuevo elemento en la familia que todo el mundo lo acogió con amor.
La maestra, la investigadora y la artista que vive en Effy Luz ha recibido más de un galardón a lo largo de su trayectoria, por los altos logros en todos los campos que ha incursionado en el año 2003 fue declarada por el Estado de Yucatán como Maestra distionguida, pero también durante el año 1996 le fue conferida la Medalla al Merito Docente por parte de la UNESCO, a través del CONALTE.
En realidad pienso que todos los maestros somos merecedores de todas la medallas, pues pienso que todos hacemos un papel muy importante. Pero en el caso de ese tipo de preseas, no sabía que en Yucatán cada dos años se hace una selección de maestros que tienen ciertas características, y que se manda a México, creo que 3 expedientes, escogen uno que es la persona elegida para recibir esa medalla. Entonces fui a recibirla, allí hubo muchos encuentros, y muchas yucatecas que se había quedado a residir en otros estados se hicieron acreedoras de esa misma medalla y fue un encuentro precioso. Éramos un montón de gente de los 32 estados de los cuales había alrededor de 8 o 9 yucatecas, entonces yo fui en representación de todos mis compañeros, porque todos somos dignos de todas las preseas que puedan haber, por haberle entregado la vida a la educación, que en todo país ese es el elemento que puede tener un gobierno, invertir en y darle a la educación la importancia que tiene. Recayó en mí la suerte de tener esa presea, pero es todo el magisterio que lo merece.

Effy Luz Váquez, artistas de una sola pieza