jueves, 24 de mayo de 2012

Entre el Sudor y el Tiempo: Peniche


Dicen algunos que los años van desterrando la poesía del corazón de los hombres, para cederle ese espacio a las espinas de la razón. Sin embargo, el yucateco Roldán Peniche Barrera destroza tal falacia en su poemario de 2010. Contemporáneo de José Emilio Pacheco, Peniche ha ganado la empinada cúspide de su existencia trashumante y ahora peina con orgullo los blancos cabellos de su majestad,  y sus versos  exhalan un vigor juvenil irreprochable. Confieso que conozco bien poco a los poetas yucatecos y que nunca había leído los versos de este ciudadano con tanta vocación de cronista. Pero, dan ganas de ser poeta,  cuando se leen sus versos. No importan sus insinuaciones cuando antes de entrar a su libro dice sumarse al “sequito de sombras”, ni su advertencia  de que va preso de la angustia. Los poemas del yucateco son ciudades a las que él nos va acercando con la destreza de un cineasta que muestra en detalles no sólo las imágenes, sino la música, los ruidos, los silencios, sus olores más perfumados y los más fétidos.  A lo profundo de “Entre el Sudor y el Tiempo” se entra desorientado “sin brújula”, y las palabras te toman de la mano y te van haciendo caminar por los sitios que anduvo el poeta. Las ciudades muestran el rostro de sus calles ruidosas de automóviles, anuncios, el sonido procaz de las malas palabras que le tienden vida, entrelazadas con la percusión de bongoes y las notas fuertes ya sea de Rachmaninoff o el allegro de una guitarra eléctrica en el interior de un bar, “mientras se activa el estruendo de la vitrola”. Pero,  aquí  el gran tema de Roldán Peniche es el tiempo. Los  versos que abren el cuaderno son mucho más aventureros y juguetones que los que vienen a cerrar el libro, donde el poeta se muestra reflexivo y observador, y también con una actitud condenatoria de ese tiempo que “quiebra los celajes y silencia la flauta dulce de la oropéndola”, ese tiempo que “acabará por tendernos su sucia trampa”.
 “Entre el Sudor y el Tiempo” está escrito fundamentalmente en versos libres, “versos hirsutos” diría José Martí, aunque el poeta deja bien claro que domina no sólo las palabras, sino también las formas clásicas de la poesía. De tal suerte aparece en el libro un soneto, con el cual el autor nos explica sus apreciaciones de la formas de la poesía. Es una especie de guiño en el libro, que también nos muestra la vida del poeta en esas ciudades, de su existencia mundana, de su relación con el entorno más ajeno y el más intimo, “donde se siente el tufo de arroz con frijoles” o cuando “sólo importa un delantal barato y una desnudez perdida”.
No faltan en este hermoso libro de versos los paisajes y las interioridades de ese México misterioso, mitológico y estupendo que resurge a cada instante de las ruinas de Chichén Itzá, de las míticas historias de Uxmal, los pregones de las calles de Mérida. De ese México de la Zona Rosa o los vericuetos de Tepito, que sólo conozco a través de la mirada de este poeta andariego y trotamundos, que también nos ha hecho desandar por esos parajes ancestrales tan presentes en los patios y en la humedad que llega del agua siempre fresca de los cenotes dormidos entre las paredes de la ciudad.
Decididamente, no estoy de acuerdo con Oscar Wilde,  cuando declara que los poetas no se atreven a vivir las aventuras que escriben, y también me  atrevo a disentir de Chesterton, cuando sostiene que podemos vivir sin la poesía, porque soy de los que creen que la poesía está en lo que se vive, es sólo esa la fuente de cualquier verso. Concuerdo con uno de los fundadores del romanticismo, el alemán Johann Wolfgang von Goethe, porque sospecho que Roldán Peniche Barrera se atrevió a esas aventuras, se adueñó de ellas y las expresa muy bien en este cuaderno de poemas: “entre sudor y tiempo”

viernes, 18 de mayo de 2012

Carlos Fuentes y yo


No fui amigo personal de Carlos Fuentes, su rostro no se me hizo familiar hasta hace unos pocos años. Muchas veces confundí su cara con la del padre de unos amigos de Guantánamo, la ciudad donde nací, que usaba un bigote con cierto parecido al del escritor. Bigote que siempre me recuerda algunos de los personajes de Pedro Infante. Sin embargo, la presencia del escritor me acompañó desde mi juventud. Recuerdo cuando aun siendo un adolescente, fijé en mi mente el nombre de este artífice de las letras que aparecía como guionista en los créditos de "El Gallo de Oro" (1964) esa excelente película protagonizada por Ignacio López Tarzo, basada en una narración del inolvidable Juan Rulfo. Era un tiempo en que el cine mexicano había agotado los moldes de las películas de charros y mariachis que tanto amamos en la juventud, para explorar otros caminos del Séptimo Arte, aun cuando mi generación seguía buscando los mariachis y los corridos en las películas que llegaban con el nombre de México. Dos años después, aparecería una de los clásicos del cine italiano, La Strega in amore (1966) exhibida en Cuba con el nombre "La Bruja en Amores", una película dirigida por Damiano Damiani, que tiene como base la breve y a la vez, descomunal novela de Carlos Fuentes, "Aura". Eran también tiempos de búsquedas del inquieto panorama del cine italiano, que esta vez fijaba su quehacer en lo que se ha hecho llamar realismo mágico, que estalló con el nombre comercial de "boom latinoamericano", y que a mi modo de ver, fue el encontronazo del desconocimiento de los editores europeos con la realidad de una literatura siempre pujante. Bruja en amores fue una película taquillera en Cuba, que impactó a mucha gente de mi generación quienes aun no conocíamos la obra de Carlos Fuentes. Años más tarde, volví a estremecerme con la historia de Fuentes, pero esta vez a través de las páginas de su novela. Aura es una marca que llevo para siempre como lector y que ejerce sobre mi una influencia estremecedora cuando escojo una historia para mi disfrute. La breve narración del escritor nos lleva y trae de la mano de Felipe, su protagonista y personaje principal , a través de los pasadizos insondables de jardines llenos de verdor y colores hasta sitios habitados por ratas y telas de araña, Fuentes nos va trasladando con su dominio de la palabra, en un viaje inusitado entre luces y sombras, fantasías y realidades, entre lo que pasó y lo que ha de suceder en la próxima página de su libro. La casa habitada por Aura, parece ser el interior de ese país que el narrador estaba descubriendo y que se me antoja de un simbolismo sin precedentes. Mas tarde, apareció en mi vida "La Región Más Trasparente" una obra anterior a Aura, y mucho más abultada, donde el autor intenta una búsqueda e identificación con su México, de una manera innovadora y transgresora de los cánones narrativos al uso. Para la escritora Elena Poniatowska, Carlos Fuentes, "retrata toda la Ciudad de México de los años 50, y mucho de lo que narra sigue vigente hoy, y al mismo tiempo en sus páginas todavía se oyen los últimos balazos de la Revolución Mexicana". Luego vendrían otra película del argentino Luis Puenzo, "Gringo Viejo" en 1989, donde se lucen Gregory Peck, dandole vida al escritor y periodista Ambrose Bierce y la actriz Jane Fonda en el rol de Harriet. Después de la película, me llegó el libro de Carlos Fuentes. "Los gringos se pasan la vida cruzando fronteras, las suyas y las ajenas", dijo uno de los personajes de esta novela de contrapuntos, donde aparece toda la desnudez de la historia mexicana: amor y violencia, vida y muerte, la transgresión de los bordes de las fronteras internas, de lo individual a lo colectivo, de la política y lo afectivo,  la realidad y la ficción. Años más tarde, "La Muerte de Artemio Cruz", aparecida en mis manos muchos años después de su primera publicación en Cuba y en México, me reveló otra realidad, distinta a la que había experimentado con las narraciones del "Llano en Llamas" de Rulfo. En su lecho de muerte, Artemio Cruz sigue siendo una metáfora de la política en el México actual, donde la vida diaria de todos se debate entre la realidad y la fantasía de un sistema político que aniquila y al mismo tiempo inquieta las esperanzas y los sueños en todos los estamentos de la sociedad. Me duele la muerte de Carlos Fuentes, porque era una voz necesaria, en su palabra y su pensamiento no solo estaba su país, era una de esas conciencias claras que a veces le faltan al mundo. El escritor visitó a Cuba, un dia después de la llegada de la Revolución Cubana con el propósito de abrazarla y celebrarla, pero pronto se distanció y condenó la actitud intolerante que gobernaba al pais, lo cual le ha valido hasta el día de su propia muerte la exclusión y una censura velada por parte de la prensa cubana."Soy mexicano y no puedo desear para mi país ni el "diktat" de Washington acerca de cómo conducir nuestra política exterior, ni el ejemplo cubano de una dictadura sofocante, sin prensa, opinión, disidencia o asociación libres". Era la voz de una conciencia superior, que conocía muy bien cuales eran sus deberes. En uno de sus últimos mensajes a través de su cuenta de Twitter, el escritor mexicano señaló: "Serán los jóvenes quienes tengan que enmendar los errores de nuestras generaciones; pero cuentan con una gran tecnología para hacerlo.Y refiriéndose a la realidad mexicana y el mundo actual, dejó escrito, en tono entre desesperado y optimista: "Debe haber algo más allá de la masacre y la barbarie, para sustentar la existencia del género humano y todos debemos participar en su busca".

martes, 15 de mayo de 2012

Canción Presidenciable

Hace algunos días, los candidatos a la presidencia de México realizaron un debate para exponer sus propuestas. La aparición como edecán del evento,   Julia Orayen, fue la gran explosión periodística de ese momento. Julia fue la encargada de entregar los turnos a los candidatos antes del debate, su presencia en el debate fue breve, pero su pronunciado, atrevido y escote causó sensación en redes sociales. Lo demás, lo hizo el sexismo que como en todas las sociedades actuales, es un fantasma protagonista de todo cuanto ocurre. Al primer titular de un periodico, se repitió el eco, y lo más mencionado en del debate fueron el vestido y las formas de la argentina, que aunque luego declaró ser inocente, ha sido proclamada ganadora por vox populi de las discusiones. Esta es una canción que quiere, de algún modo reflejar lo que pasó.


Canción presidenciable
Texto y música: Roberto Ruiz Rebo

(Para Julia Orayen y todos los presidenciables)

Ella es una hembra de la capital,
con cara de diosa y un aire sensual,
y cuando camina, se alborotan las esquinas,
las arrugas del espejo y la prensa nacional.
Cuando tuvo 15, no se enamoró,
aunque tuvo novios, y un día se escapó
porque comprendió que las escuelas no sabían
que debajo de su saya tiene curvas que enseñar.

Es muy cándida y espiritual
y tiene modales de vestal
y es en el amor sacerdotisa
que cosecha la malicia como grano en el trigal.


Ella es una hembra, un ser especial
con cara de gata y humilde ademán
que sale en revistas calzada y desvestida,
para alcobas de solteros, y  galeras de penal.
Ella es una hembra, un ser muy normal,
que de tonta, nadie la podrá acusar
y está convencida que le basta su trasero
pa ganar el gran debate de elección presidencial.

8 de mayo 2012

viernes, 11 de mayo de 2012

CANCIÓN PRESIDENCIABLE

La Venus del Espejo. D. Velázquez (Siglo de Oro Español)

Música y texto: Roberto Ruiz Rebo

(Para Julia Orayen y todos los presidenciables)
 
Ella es una hembra de la capital,
con cara de diosa y un aire sensual,
y cuando camina, se alborotan las esquinas,
las arrugas del espejo y la prensa nacional.
Cuando tuvo 15, no se enamoró,
aunque tuvo novios, y un día se escapó
Julia Orayen
porque comprendió  que las escuelas no sabían
que debajo de su saya tiene curvas que enseñar.
Es muy cándida y espiritual  
y tiene modales de vestal
y es en el amor sacerdotisa
que cosecha la malicia como grano en el trigal. 
Ella es una hembra, un ser especial
con cara de gata y humilde ademán
que sale en revistas calzada y desvestida,
para alcobas de solteros, y  galeras de penal.
Ella es una hembra, un ser muy normal,
que de tonta, nadie la podrá acusar
y está convencida que le basta su trasero
pa ganar el gran debate de elección presidencial.

La música y el texto de esta canción están protegidos por la Sociedad General de Autores y Editores de  España (SGAE)

jueves, 10 de mayo de 2012

Una Mujer

Hace algunos años, escribí estas décimas inspirado en mi madre. Mi madre ya no está... o mejor dicho: está en mi y en todos sus hijos, en el recuerdo de muchos, y está también en estos versos que hoy le dedico a todas mis amigas madres:


Una mujeres semilla 
del hombreque llevo dentro,
es el más próximo encuentro
con la mejor maravilla,
es la forma más sencilla
de perpetuar el amor,
es alguna vez dolor,
dolor que mueve la vida,
es la más profunda herida
que me llena de valor.

Una mujer va en mi pecho
y yo vivo en su cintura:
no es pan para la cordura,
tampoco próvido  trecho.
Una mujer va derecho
perseguida por el mito
de un sentimiento que habito
en medio de su inocencia.
Esa mujer es la esencia
del dolor que necesito.

domingo, 6 de mayo de 2012

Cafe y chocolate: bendita sea la poesía

La cultura no cede paso a nada: el arte creativo, las tradiciones, la memoria colectiva y la historia con sus convulsiones cíclicas, contadas muchas veces de manera equivocada y otras tantas manipulada, permanecen como bastiones a los que apelamos los ser humanos para no caer al vacío y al desconsuelo de la rutina diaria, y bajar a la trampa de los odios y las rencillas históricas. Todas estas razones pudieran servir de argumento para justificar la comunión y la comunicación casi perfecta de los asistentes a la peña de Fernando de la Cruz, en el Café Chocolate de la calle 60 en la ciudad de Mérida, donde gabachos, mexicanos y cubanos compartimos de manera fraternal, delicada y hermosa, nuestros sueños en forma de poemas y canciones. Ni siquiera la falta de un sistema de audio adecuado, pudo arruinar el atento deseo de escuchar melodías y versos dichos en distintos idiomas: Steve dice su poema en inglés con la humildad de un obrero y mucho amor en los ojos; una mujer de anteojos con cabellos rubios entrecanos, recita con voz dulces, los acordes de una historia cotidiana con la hermosura del asombro, Roldán pone a rodar en nuestros oídos sus propias sensaciones entre "el sudor y el tiempo". La tarde transcurre amorosa entre el calor, los sorbos de café y otras bebidas. Una cubana embiste, casi canta sus versos, al tiempo que se declara hija de Guillén, uno de los poetas mas versátiles y auténticos de Cuba. Y viene Cher, lanza una advertencia con una de sus canciones al estilo de Janis Joplin, que a mi se me antoja un suspiro. Las horas avanzan y casi oscurece cuando aparece una pequeña lámpara para ayudar la lectura. Es mi turno: Digo un par de poemas, luego canto y la gente aplaude entusiasmada: "Vendrás cerrando puerta a los adioses" dice mi canción y escucho silencio porque voy también diciendo libertad que ha de venir para todos. Y luego aparecen Martí y Joseito unidos para siempre en la historia y la música: "Guantanamera, guajira, guantanamera... la gente hace palmas y canta, y aplaude de nuevo. Fernando lee la hermosa fábula de una adolescente proclamando que la humanidad es un cesto de frutas, indudablemente el axioma perfecto al respeto de la diversidad que tanto buscamos. Se va la tarde, cálida, alegre, amable...
Es una pena que haya tan pocos libros de poemas en las librerías, cuando hay tanta poesía y tanta gente urgida del beneficio neto que tiene el verso para los sentimientos más puros de la humanidad. Cuando se piensa  en una tarde como la de Café Chocolate, donde ignorando los diferendos políticos de nuestros gobernantes, nos reunimos para disfrutar de la vida y entregar de manera mutua un poco de si, gente venida de distintas raíces, con el sabio pretexto de celebrar la poesía y la creación toda. Cuando se piensa en ese abrazo de despedida que nos da un ser humano quien nos ha traído la fuerza de los versos, resulta suficiente para bendecir definitivamente a los poetas, y también a la poesía.

martes, 1 de mayo de 2012

El Papa, Cuba, México y la pelicula de Wright

Me  bastó saber que el cineasta Dean Wright era el director de la película mexicana Cristiada, para sentir una enorme curiosidad de ver su primer filme. Realmente fue una especie de empecinamiento porque ya había escuchado los rumores de que era una historia demasiado larga y mal contada, además de que en mi primer intento llegué tarde a la sala de cine y me quedé con las ganas. Después de haber disfrutado de la realización de una saga como el Señor de los Anillos, una fantasía épica, dirigida por Peter Jackson, que desempolvó la novela del Inglés J.R.R. Tolkien, y en la cual los efectos especiales casi milagrosos de Dean Wright (Oscar 2005), le dieran vida y mucha gloria al filme y por supuesto a la obra literaria, era lógico, para mi, saber qué había de atractivo o chocante en el primer largometraje de esta mago de los efectos especiales. Todo ello, sumado a que hace algunos años había leído sobre la llamada Guerra de los Cristeros, en México, una sangrienta contienda desatada por el autoritarismo de Plutarco Elias Calles (Rubén Blades) durante los años 26 y 29 del pasado siglo. Para mi sorpresa el filme, que tuvo en uno de sus papeles principales al cubano Andy García (el general Enrique Gorostieta), resultó ser una película interesante y necesaria. Cuando concluyó el filme, mi esposa y yo nos miramos, y ella desenvuelta y satisfecha,  me preguntó: ¿Qué te pareció la película?  El  filme, Cristiada, llega a los mexicanos en un momento muy particular en que el Papa Benedicto XVI, acaba de realizar un periplo por Cuba y México, dos países que en algún momento han sufrido restricciones drásticas en la profesión de fé de sus pueblos, y que aun en los días que corren, se ven limitadas a ejercer sólo en los templos, sin la oportunidad de acudir a la radio, a la televisión y a los otros medios de difusión, como lo hace cualquier institución dentro de la sociedad. En el caso de Cuba, muchas veces de manera solapada los miembros de algunas religiones como la iglesia católica,  denominaciones protestantes, y los Testigos de Jehová, entre otras religiones, aun sufren drásticas discriminaciones, y muchas veces son despojados de sus derechos como establece la constitución de un estado laico. El  punto de vista omnipresente en el filme mexicano es el amor a la libertad y la defensa de ese derecho universal de todos los que vivimos en este planeta, por tal razón es muy fácil identificarse con los cristeros del filme de Wright. Son muchos los criterios que andan en boca del público que ha podido ver la película, que a mi modo de ver posee un guión excelentemente construido, pese a las fallas históricas que pueda contener. Hay quienes hablan de la veracidad del encuentro entre Calles y el general  Gorostieta, y la participación del llamado  14,  de quien se dice era un matón de aquellos tiempos. Pero ambas ambos eventos están resuelto de manera convincente desde el punto de vista cinematográfico. La película de Wright es histórica, pero no es la historia, y en ese caso habría que investigar un poco más si se quiere llegar al fondo de algunos aspectos tratados en el filme. Particularmente, con las obras de arte me sucede lo mismo que con las buenas comidas: me gusta repetirlas. Y a veces, la segunda vez, le encuentro un mejor sabor. Por lo que me gustaría tener una segunda oportunidad con la Cristiada de Dwight, aunque me sigan diciendo que tiene ingredientes traídos de Hollywood.