viernes, 18 de mayo de 2012

Carlos Fuentes y yo


No fui amigo personal de Carlos Fuentes, su rostro no se me hizo familiar hasta hace unos pocos años. Muchas veces confundí su cara con la del padre de unos amigos de Guantánamo, la ciudad donde nací, que usaba un bigote con cierto parecido al del escritor. Bigote que siempre me recuerda algunos de los personajes de Pedro Infante. Sin embargo, la presencia del escritor me acompañó desde mi juventud. Recuerdo cuando aun siendo un adolescente, fijé en mi mente el nombre de este artífice de las letras que aparecía como guionista en los créditos de "El Gallo de Oro" (1964) esa excelente película protagonizada por Ignacio López Tarzo, basada en una narración del inolvidable Juan Rulfo. Era un tiempo en que el cine mexicano había agotado los moldes de las películas de charros y mariachis que tanto amamos en la juventud, para explorar otros caminos del Séptimo Arte, aun cuando mi generación seguía buscando los mariachis y los corridos en las películas que llegaban con el nombre de México. Dos años después, aparecería una de los clásicos del cine italiano, La Strega in amore (1966) exhibida en Cuba con el nombre "La Bruja en Amores", una película dirigida por Damiano Damiani, que tiene como base la breve y a la vez, descomunal novela de Carlos Fuentes, "Aura". Eran también tiempos de búsquedas del inquieto panorama del cine italiano, que esta vez fijaba su quehacer en lo que se ha hecho llamar realismo mágico, que estalló con el nombre comercial de "boom latinoamericano", y que a mi modo de ver, fue el encontronazo del desconocimiento de los editores europeos con la realidad de una literatura siempre pujante. Bruja en amores fue una película taquillera en Cuba, que impactó a mucha gente de mi generación quienes aun no conocíamos la obra de Carlos Fuentes. Años más tarde, volví a estremecerme con la historia de Fuentes, pero esta vez a través de las páginas de su novela. Aura es una marca que llevo para siempre como lector y que ejerce sobre mi una influencia estremecedora cuando escojo una historia para mi disfrute. La breve narración del escritor nos lleva y trae de la mano de Felipe, su protagonista y personaje principal , a través de los pasadizos insondables de jardines llenos de verdor y colores hasta sitios habitados por ratas y telas de araña, Fuentes nos va trasladando con su dominio de la palabra, en un viaje inusitado entre luces y sombras, fantasías y realidades, entre lo que pasó y lo que ha de suceder en la próxima página de su libro. La casa habitada por Aura, parece ser el interior de ese país que el narrador estaba descubriendo y que se me antoja de un simbolismo sin precedentes. Mas tarde, apareció en mi vida "La Región Más Trasparente" una obra anterior a Aura, y mucho más abultada, donde el autor intenta una búsqueda e identificación con su México, de una manera innovadora y transgresora de los cánones narrativos al uso. Para la escritora Elena Poniatowska, Carlos Fuentes, "retrata toda la Ciudad de México de los años 50, y mucho de lo que narra sigue vigente hoy, y al mismo tiempo en sus páginas todavía se oyen los últimos balazos de la Revolución Mexicana". Luego vendrían otra película del argentino Luis Puenzo, "Gringo Viejo" en 1989, donde se lucen Gregory Peck, dandole vida al escritor y periodista Ambrose Bierce y la actriz Jane Fonda en el rol de Harriet. Después de la película, me llegó el libro de Carlos Fuentes. "Los gringos se pasan la vida cruzando fronteras, las suyas y las ajenas", dijo uno de los personajes de esta novela de contrapuntos, donde aparece toda la desnudez de la historia mexicana: amor y violencia, vida y muerte, la transgresión de los bordes de las fronteras internas, de lo individual a lo colectivo, de la política y lo afectivo,  la realidad y la ficción. Años más tarde, "La Muerte de Artemio Cruz", aparecida en mis manos muchos años después de su primera publicación en Cuba y en México, me reveló otra realidad, distinta a la que había experimentado con las narraciones del "Llano en Llamas" de Rulfo. En su lecho de muerte, Artemio Cruz sigue siendo una metáfora de la política en el México actual, donde la vida diaria de todos se debate entre la realidad y la fantasía de un sistema político que aniquila y al mismo tiempo inquieta las esperanzas y los sueños en todos los estamentos de la sociedad. Me duele la muerte de Carlos Fuentes, porque era una voz necesaria, en su palabra y su pensamiento no solo estaba su país, era una de esas conciencias claras que a veces le faltan al mundo. El escritor visitó a Cuba, un dia después de la llegada de la Revolución Cubana con el propósito de abrazarla y celebrarla, pero pronto se distanció y condenó la actitud intolerante que gobernaba al pais, lo cual le ha valido hasta el día de su propia muerte la exclusión y una censura velada por parte de la prensa cubana."Soy mexicano y no puedo desear para mi país ni el "diktat" de Washington acerca de cómo conducir nuestra política exterior, ni el ejemplo cubano de una dictadura sofocante, sin prensa, opinión, disidencia o asociación libres". Era la voz de una conciencia superior, que conocía muy bien cuales eran sus deberes. En uno de sus últimos mensajes a través de su cuenta de Twitter, el escritor mexicano señaló: "Serán los jóvenes quienes tengan que enmendar los errores de nuestras generaciones; pero cuentan con una gran tecnología para hacerlo.Y refiriéndose a la realidad mexicana y el mundo actual, dejó escrito, en tono entre desesperado y optimista: "Debe haber algo más allá de la masacre y la barbarie, para sustentar la existencia del género humano y todos debemos participar en su busca".

3 comentarios:

  1. Muy bueno tu analisis Robert y de veras siento mucho tan importante perdida, pienso la literatura en general y particularmente Mexico pierde uno de los grandes, pensador profundo y de escritura impecable, nos deja una obra que sera fuente de estudio obligado a todo el que pretenda conocer un poco a fondo la esencia de nuestros pueblos. Un abrazo y aunque no opine siempre estoy atento a tus articulos.Saludos,
    Josecuba

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  2. estoy agradecido de la gente que sigue mis escritos, y se me hace un privilegio cuando es cubano, mucho mas cuando ese cubano es un gran amigo de casi toda la vida.

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Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud y en ti.

José Martí