martes, 1 de mayo de 2012

El Papa, Cuba, México y la pelicula de Wright

Me  bastó saber que el cineasta Dean Wright era el director de la película mexicana Cristiada, para sentir una enorme curiosidad de ver su primer filme. Realmente fue una especie de empecinamiento porque ya había escuchado los rumores de que era una historia demasiado larga y mal contada, además de que en mi primer intento llegué tarde a la sala de cine y me quedé con las ganas. Después de haber disfrutado de la realización de una saga como el Señor de los Anillos, una fantasía épica, dirigida por Peter Jackson, que desempolvó la novela del Inglés J.R.R. Tolkien, y en la cual los efectos especiales casi milagrosos de Dean Wright (Oscar 2005), le dieran vida y mucha gloria al filme y por supuesto a la obra literaria, era lógico, para mi, saber qué había de atractivo o chocante en el primer largometraje de esta mago de los efectos especiales. Todo ello, sumado a que hace algunos años había leído sobre la llamada Guerra de los Cristeros, en México, una sangrienta contienda desatada por el autoritarismo de Plutarco Elias Calles (Rubén Blades) durante los años 26 y 29 del pasado siglo. Para mi sorpresa el filme, que tuvo en uno de sus papeles principales al cubano Andy García (el general Enrique Gorostieta), resultó ser una película interesante y necesaria. Cuando concluyó el filme, mi esposa y yo nos miramos, y ella desenvuelta y satisfecha,  me preguntó: ¿Qué te pareció la película?  El  filme, Cristiada, llega a los mexicanos en un momento muy particular en que el Papa Benedicto XVI, acaba de realizar un periplo por Cuba y México, dos países que en algún momento han sufrido restricciones drásticas en la profesión de fé de sus pueblos, y que aun en los días que corren, se ven limitadas a ejercer sólo en los templos, sin la oportunidad de acudir a la radio, a la televisión y a los otros medios de difusión, como lo hace cualquier institución dentro de la sociedad. En el caso de Cuba, muchas veces de manera solapada los miembros de algunas religiones como la iglesia católica,  denominaciones protestantes, y los Testigos de Jehová, entre otras religiones, aun sufren drásticas discriminaciones, y muchas veces son despojados de sus derechos como establece la constitución de un estado laico. El  punto de vista omnipresente en el filme mexicano es el amor a la libertad y la defensa de ese derecho universal de todos los que vivimos en este planeta, por tal razón es muy fácil identificarse con los cristeros del filme de Wright. Son muchos los criterios que andan en boca del público que ha podido ver la película, que a mi modo de ver posee un guión excelentemente construido, pese a las fallas históricas que pueda contener. Hay quienes hablan de la veracidad del encuentro entre Calles y el general  Gorostieta, y la participación del llamado  14,  de quien se dice era un matón de aquellos tiempos. Pero ambas ambos eventos están resuelto de manera convincente desde el punto de vista cinematográfico. La película de Wright es histórica, pero no es la historia, y en ese caso habría que investigar un poco más si se quiere llegar al fondo de algunos aspectos tratados en el filme. Particularmente, con las obras de arte me sucede lo mismo que con las buenas comidas: me gusta repetirlas. Y a veces, la segunda vez, le encuentro un mejor sabor. Por lo que me gustaría tener una segunda oportunidad con la Cristiada de Dwight, aunque me sigan diciendo que tiene ingredientes traídos de Hollywood.

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Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud y en ti.

José Martí