Basta escucharla en una sola vez,
para advertir a la prima dona assoluta de la canción. Ma. Teresa Gómez sube al escenario y se convierte en reina. Una
reina diferente que reparte trozos de su alma a cada gente que la escucha. Su voz es una provocación
a los sentidos. La
descubrí en Il Piano, Mérida, donde se adueñó del corazón de la noche con sólo la
primera melodía, por eso acudí al Bistró-Bohemio, para verla y escucharla de
nuevo en su hábitat y con su público más cercano. La Gómez tiene capacidad para
pasearse por todos los géneros de la música, pero la muy mexicana tiene delirio
por el tono romántico donde da rienda suelta a toda la pasión que la habita. La
diva es dueña de un territorio autoral extenso donde es posible encontrarse con
temas de autores yucatecos, brasileños, cubanos, o composiciones de Serrat y
Sabina.Sube al pequeño escenario donde pudiera correr el riesgo de confundirse con sus convidados, pero su brillo es tal que sobresale como lo que definitivamente es, y desde su humilde enclave estira su voz jugando con una estupenda variedad de registros.
martes, 26 de junio de 2012
María Teresa Gómez, prima dona assoluta
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Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud y en ti.
José Martí